Serie La fiesta de San Valentín

No tener pareja el día de San Valentín no era gran cosa, o al menos eso pensaba Maya.
Peor que estar sola era tener que ir a una fiesta de San Valentín en la oficina… la idea más horrible que se le había ocurrido nunca a nadie.
Pero todavía peor que eso era emborracharse con vino barato, tropezarse con el dueño de la empresa y dar la peor primera impresión que una podía dar…
¿O no?
Todo lo que pasa en una fiesta de la oficina, se queda en la oficina…

O eso esperaba.

Si el infierno existe, es una fiesta de San Valentín en la oficina.
Fiona está aburrida, aburrida, aburrida. Aburrida al cubo. Contando los minutos para poder desaparecer de la fiesta a la que había ido a regañadientes.
Lo único que quería era llegar a casa para meterse en un baño de burbujas con una novela.
¿Patético para un viernes por la noche? Quizás, pero después de su divorcio, lo último que le apetecía era celebrar San Valentín en la oficina, la verdad.
Hasta que aparece su secretario —perdón, su ayudante— y tienen un desacuerdo sobre si esa mañana ha enviado unos emails o no.

Una situación embarazosa, una apuesta y un final que ninguno de los dos esperaba…


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