Es la maldita hora de que la alumna supere a su maestro
Lo he amado.
Lo he aborrecido.
Lo he añorado.
Nos conocimos, me enamoré. Me gustaría decirte que las chispas volaron, pero jamás he sido buena con las mentiras.
En ocasiones, el maldito Cupido viene y te arroja una de sus estúpidas flechas, pero el muy perezoso se olvida de dispararle la misma cosa endiablada a la otra persona involucrada en el embrollo y, como resultado, terminas dueña de un corazón roto y muchos sueños y expectativas vacías.
Dicen que el amor todo lo soporta, todo lo vence… Bueno, creo que en alguna parte se olvidaron de especificar que no es del todo cierto.
A veces, el amor es solo mierda barata que te venden las grandes empresas para que compres su basura cursi.
Porque después de todo, él no era un hombre que renunciaba fácilmente a lo que le llamaba la atención. Y yo, para suerte o desgracia, me había convertido en algo realmente interesante. Aunque su boca era chocolate derretido y su cuerpo me hacía delirar mientras sus codiciosas manos me hacían suya una y otra vez, Alexey Románov-Nicoláyevich no era el hombre quien yo creí que era, y ahora, estoy lista para patearlo justo en los huevos.
Mi nombre es Nina Notovitch y mis lágrimas no serán las únicas en caer; es una promesa.
Prepárate para experimentar en carne propia lo que una mujer herida es capaz de hacer.
Una apasionante historia llena de erotismo que hará temblar tus torneadas piernas. Porque después de amar a Alexey Ramánov, jamás verás al amor igual; es una promesa.
¿Crees en los cuentos de hadas?
Han pasado treinta meses, catorce días y ocho horas y media desde el día en que corrí con todas mis fuerzas y escapé de los brazos del hombre que, se suponía, me amaba. De aquel caballero de brillante armadura que creí que me daría lo que nunca tuve en la vida… amor.
Ahora estoy en una nueva ciudad, viviendo la vida de alguien más y no existe nada en el mundo que me lleve de regreso a él. O, al menos, eso pensé. Eso fue lo que deseé.
Ella se estrelló en mi vida como un huracán de categoría cinco y yo no podía haber estado menos preparado para ello.
Habla demasiado.
Parece que no puede permanecer mucho tiempo quieta.
Pero a pesar de que me enerva como nadie más podría, parece ser que también es la única que me entiende. Imagino que es porque también ha lastimado. También ha causado dolor y angustia a otra alma.
0 Comentarios